jueves, 9 de diciembre de 2010

Markoté, un hombre de muchas corbatas y sonrisas

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Markoté, un hombre de muchas corbatas y sonrisas

Ha sido director de Emisoras Unidas, jurado del Festival de Orquestas y, desde hace 35 años, relacionista de Los Melódicos. / Jairo Buitrago

Por Tito Sensación Mejía

Me dediqué por muchas horas, como el famoso detective Sherlock Holmes, a seguirle los pasos al veterano hombre de la radio y del periodismo Marco T. Barros Ariza, sin que él se diera cuenta de mi recorrido sigiloso de su casa a sus lugares de trabajo, y viceversa.Me llamó poderosamente la atención su andar seguro, recto, su jovialidad, su elegancia en el hablar, su fino humor al contestar efusivamente el saludo de muchas personas del común, de la radio, la televisión, lectores suyos, críticos y colegas que le abordaban y que, a decir verdad, le tienen un aprecio superlativo por las mismas manifestaciones que le exteriorizan y, por supuesto, su infaltable corbata (su colección pasa de miles, ya que las usa desde cuando hizo la primera comunión a la edad de 12 años, en la iglesia de Chiquinquirá), que combinaba con su vestimenta diaria y que lo hacían ver como en efecto es, un gentilhombre, o como dice el colega Pepe Sánchez: “Markoté es el caballero que encarna el espíritu del barranquillero antiguo, y del hombre de radio de antaño, reposado y elocuente, que ya le habían mostrado al mundo figuras con la calidad de Juan Eugenio Cañavera, Elías Pellet Buitrago, Alfonso Rosales Navarro, Edgardo de Castro y decenas más de coterráneos que se encargaron de demostrarle al país que Barranquilla fue la verdadera cuna de la civilización en Colombia”.

CARRERA BRILLANTE

Las horas nunca pasan en balde –me digo para mis adentros cuando llego a su residencia de la calle 75 No. 44- 56. Lo primero que hace es soltarme un “Primero Dios, bienvenido a mi casa, maestro Tito”, cuando los últimos rayos de un sol asustado por estos días lo iluminaban todo, enalteciendo momentáneamente con radiantes colores unas tonalidades que muy poco se están viendo en Barranquilla por la temporada invernal que nos azota.Enciendo la grabadora y su voz parece seguir el compás del señorío de tantos años: “Nací un miércoles 19 de septiembre de 1922, a las cuatro y treinta de la tarde, en la Calle Sello con la Carrera Concordia, barrio San Roque de Barranquilla, y allí crecí, pudiendo valorar rápido el significado de unos maltrechos conceptos en el mundo actual: trabajo, respeto y dignidad.Me inicié en esto del periodismo con tarjeta profesional 421 del M.E.N., en el año de 1954, en Cartagena de Indias, en la jefatura del Terminal, de donde obtuve una modesta pensión en 1967.Además, laboré en Emisoras Fuentes, al lado de los recordados periodistas Fat Lavalle, Napoleón Perea Castro, Melanio Porto Ariza y Édgar García Ochoa, el popular Flash, cubriendo deportes y farándula. Estando en la ciudad amurallada, fundé la famosa Orquesta del Terminal, descubrí al que sería años más tarde uno de los más grandes cantantes de Los Corraleros del Majagual, Eliseo Trabalenguas Herrera.Regreso a Barranquilla en 1968, me vinculo como Jefe de Producción de Discos Tropical, y posteriormente fui director de Emisoras Unidas. Luego creo el programa Candilejas por la ya desaparecida Onda Nueva, del gran amigo y colega Jaime El Coloso Jiménez. Más adelante, dirijo el programa Reportajes Espectaculares, por Emisora Atlántico, y en horas de la noche hago las veces de corrector de estilo y jefe de Redacción del Diario La Libertad, del apreciado Roberto Esper Rebaje.Desde el año 1993, realizo el programa Recuerdos con Markoté, hoy por Radio Tropical, los sábados de dos a tres de la tarde, antes por Radio Cultural Uniautónoma Estéreo. Soy relacionista público desde hace más de 35 años de la Orquesta Los Melódicos de Venezuela.He sido jurado en el Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla. Participo en la sección ‘Los miércoles del recuerdo’ en el programa Satélite, que dirige Abel González Chávez por Emisora Atlántico, y escribo todos los jueves mi columna ‘¿Sabía Usted que...?’, en el periódico La Libertad”.

ESPECIE EN VÍAS DE EXTINCIÓN

Me atrevo a decir, sin exageración, que Markoté es una especie en vías de extinción dentro de las comunicaciones sociales por su capacidad, su jovialidad, su don de gentes, su vitalidad y, sobre todo, por su recia disciplina demostrada durante sus 88 años de vida: un hombre que jamás se ha llevado un trago de ron, cerveza, whisky o champaña a la boca, a pesar de recibir consuetudinariamente múltiples invitaciones de artistas, casas disqueras, eventos culturales… para asistir a sitios de Barranquilla, la Costa, Colombia y el exterior.En recompensa a esa repulsión por el alcohol, su amigo y médico de cabecera Antonio Saladen lo premió con una composición titulada: Markoté, la cual fue grabada en ritmo de fandango para el sello Curro por el maestro Manuel Villanueva, con el acompañamiento de la siempre recordada voz de Crescencio Camacho, y cuyas dos primeras estrofas dicen: Yo tengo un amigo que se llama Marco T./ pero cosa rara/ a él no le gusta bebé/ mas tengan cuidado muchachitas si lo ven/ no le gusta el trago/ pero mucho la mujé.- Tiene un bigotito piruetearero y socarrón / Mas les aseguro que nunca lo moja en ron/ Y sus cualidades él nunca las emplea mal/ Al hombre le dicen el ñero del terminal-.

CUANDO EL AMOR LLEGA ASÍ, DE ESA MANERA

Su cabello y bigotes color plomizo me traen a la memoria a los mejores actores de la época de oro del cine mexicano como Arturo de Córdova, El Indio Fernández y Luis Buñuel Portolés (español naturalizado mexicano), entre otros, quienes fueron filmados en blanco y negro para deleitar a centenares de generaciones en los años cincuenta, sesenta y setenta. Las mismas generaciones que iban a los teatros de cielos abiertos y cubiertos por un montón de estrellas en horas de la noche.“Allí, precisamente en uno de esos teatros, después de haber salido dos horas antes de una fiesta de cumpleaños, conocí con el mayor respeto a la que sería años más tarde mi esposa, Beatriz Elena Donado, quien me regaló 6 hermosos hijos, de los que sobreviven 5 y con quienes a veces sueño todavía acurrucándolos al pie de sus camas”.

CELIA CRUZ, DANIEL SANTOS, RENATO CAPRILES, ESTHER FORERO, SHAKIRA Y ANDRÉS CEPEDA

Markoté, con una rapidez pulida del tiempo que envidiaría cualquier joven de 15 años, me responde sobre los artistas de la vieja guardia y de hoy que más admira: “Celia Cruz, lo más grande que he conocido en la música. No porque haya sido mi amiga personal de tantos años, ni me haya regalado 17 corbatas que todavía conservo, ni porque me haya ofrecido, el día de mis cumpleaños, su concierto el 19 de septiembre de 1992 en el Estadio Metropolitano Roberto Flaco Meléndez, sino por su calidad. Daniel Santos, El Jefe, que con su voz nasal lo conquistó todo, musicalmente hablando, grabó de todo, y eso solo lo hace un grande.Renato Capriles, toda una institución del pentagrama musical latinoamericano. Ahí sigue vigente con su Orquesta Los Melódicos. Estercita Forero, por algo el colega Gustavo Castillo García la inmortalizó como La Novia de Barranquilla, y de Shakira te digo que es inmensa como artista y como persona, por eso la quieren en todo el mundo. Pasarán muchísimos años para que salga otra como ella. Otro muchacho muy bueno es Andrés Cepeda, ojo con él. Lo que quiero significar es que, a pesar de ser un amante empedernido de la música veterana, no soy ajeno a la nueva camada de artistas que están emergiendo en la farándula”.Como todo es intenso mientras dura la vida, y la misma vida es sutil en el imaginario del pueblo que se teje de acontecimientos sucedidos, al maestro Marco Tulio Barros Ariza, el mismo hombre que jamás ha utilizado los medios de comunicación para zaherir, agraviar o lanzar expresiones fuera de tono, le gustaría que lo recordaran con un acróstico tomado de las letras iniciales de sus nombres y apellidos:¡Mejor Tener en la vidaBastantesAmistades, corbatas, discos que cualesquiera otras cosas!

jueves, 4 de noviembre de 2010

FALLO DEL JURADO -QUINTO CONCURSO NACIONAL DE POESÍA ESTUDIANTIL INSTENALCO 2010

FALLO DEL QUINTO CONCURSO NACIONAL
DE POESÍA ESTUDIANTIL INSTENALCO 2010



El día domingo 31 de octubre de 2010, en La Casa de La Cultura de Santo Tomás, se reunió el Jurado del Quinto Concurso Nacional de Poesía Estudiantil 2010. El Jurado, integrado por Tatiana Guardiola Sarmiento, Licenciada en Idiomas de la Universidad del Atlántico. Especialista en Administración Educativa de la Universidad del Tolima. Columnista de opinión del periódico La Libertad; Pedro Conrado Cúdriz, sociólogo, poeta y crítico literario, y Julio Lara Orozco, poeta, abogado , después de leer los 79 trabajos llegados al certamen, de distintas instituciones educativas del país (Grados X y XI), decidió otorgar por unanimidad el Primer Puesto al poemario “UN POEMA DE VAMPIROS” firmado con el seudónimo de STARLA”. El Premio consiste en un millón de pesos ($ 1.000.000, o o) y la publicación de los poemas en la página Web del Colegio y en la revista Sembrando Semillas del INSTENALCO.
Igualmente el jurado decidió otorgar el segundo puesto al poemario: “UN SUEÑO IMPERFECTO” firmado con el seudónimo de “AGUSTINA FERNÁNDEZ”. El premio consistente en $ 200.000 y la publicación en la página Web del Colegio y en la revista Sembrando Semillas del INSTENALCO.
Además, el tercer puesto para el poemario “DESPLAZADOS” “firmado con el seudónimo de “AÍXA LOU DRAGO”. El premio es de $100.000 y la publicación en la página Web del Colegio y en la revista Sembrando Semillas del INSTENALCO.
Abiertas las plicas, el poemario ganador del primer Puesto corresponde a KIMBERLYN ESCOBAR ALTAMAR, alumna de Undécimo Grado del Colegio MAYOR DE BARRANQUILLA Y EL CARIBE de la ciudad de Barranquilla.
El segundo Puesto corresponde a JULIETH PAOLA MARTÍNEZ SÁNCHEZ, alumna de Undécimo Grado de la ESCUELA NORMAL SUPERIOR LA HACIENDA de la ciudad de Barranquilla.
Y el tercer lugar corresponde LORENA VANESSA DRAGO ARIZA, alumna de Undécimo Grado del INSTENALCO de la ciudad de Barranquilla.

Mención especial para el alumno Samuel Moreno Casadiego de décimo grado de LA ORDEN RELIGIOSA DE LAS ESCUELAS PÍAS Calasanz de Cúcuta, por su poemario “TIEMPO”, quien firmara con el seudónimo de ARENA Y FUEGO

El Jurado desea manifestar a las Directivas de INSTENALCO y al coordinador del evento literario, su interés en promover la literatura, sobre todo cuando este Concurso se seguirá convocando para bien de la escritura estética entre los estudiantes de la costa y Colombia. Y sinceramente, queremos expresar que la participación fluida y valiosa de estudiantes de todo el país en la creación poética, demuestra en cada joven un camino fértil y próspero hacia la lírica que busca en ella una auténtica forma de expresión original, divertida y de profundo crecimiento.
Encontrar un ganador resulta un oficio pretencioso, auscultar el alma de cada uno resulta imposible, intentamos tal vez hacer táctil la sensibilidad, creatividad que nos proporcionó la ventana de estos jóvenes hacia su visión de mundo y su particular forma de reinventarse.
Felicitaciones al artífice de esta propuesta: TITO MEJÍA SARMIENTO, a su rector MANUEL NARVÁEZ IGLESIAS, a su equipo de facilitadores y en fin, a toda la comunidad del INSTENALCO.

Firmado:


PEDRO CONRADO CUDRIZ TATIANA GUARDIOLA SARMIENTO JULIO LARA OROZCO

Dado en Santo Tomás, el día domingo 31 de octubre de 2010.

lunes, 18 de octubre de 2010

Crónica sobre GUSTAVO CASTILLO GARCÍA, LATITUD, EL HERALDO 4 DE AGOSTO 2010

Siempre seré el número 1: Gustavo Castillo García


“Inventé la cuña ‘Tarde o temprano su radio será un Phillips y Murcia se lo vende’: Marcos Pérez me fregó porque sacó otra agregándole. ‘Philco se lo fía”, recuerda Gustavo Castillo. / Foto Jairo Buitrago

Por Tito ‘Sensación’ Mejía

Con su chispeante buen humor, Gustavo Castillo García recuerda que él nació “en Magangué, la tierra del coroncoro muelón, pero los mejores momentos de mi vida han transcurrido en Barranquilla, en donde siempre seré el número uno en el periodismo radial, y ni hablar del peluquín, doña Obdulia”.Era, en esos años de 1960 a 1990, el dueño de la sintonía radial. Además, cuña que se convirtiera en éxito era producto del talento de este genial locutor.La cita estaba planeada con tres días de antelación para un día de septiembre a las nueve de la mañana, gracias a los contactos de los colegas Eduardo Hernández Vega, Julio Castaño Bossio y Pepe Sánchez.Hicimos sonar el timbre en tres ocasiones en la casa marcada con el número 64-36 de la calle 79, en el barrio Paraíso de Barranquilla, antes de que apareciera Gustavo Castillo García en compañía de Jorge Iván, uno de los seis hijos del matrimonio con la agraciada dama manizalita Ruth Valencia de Castillo. Tarde o temprano. En la amplia sala de su casa se exhiben hoy estratégicamente varias clases de aquellos radios de la época de oro de las emisoras radiales, sobre todo uno marca Phillips, “el mismo de… Tarde o temprano su radio será un Phillips y Murcia se lo vende en la calle de Jesús”, como decía el jingle grabado con la voz del carismático hombre de radio nacido el 5 de marzo de 1932 en Magangué, Bolívar. Se miró azaroso en el espejo grande que cuelga en la pared de la sala como retrotrayendo al hombre bohémico de 30 años atrás, que como casi todo hombre caribe se pegaba sus escapadas porque no era ningún santo, pero eso sí, no abandonaba para nada su exitosa labor periodística. Según algunos de sus colegas más allegados como Rafael Sarmiento Coley y Ricardo Díaz De la Rosa: “Paralizaba, más que todo en la mañana, a la ciudad y sus alrededores con su noticiero ‘La Costa en Noticias’.Este ícono de la radio colombiana, hoy retirado en sus cuarteles de invierno, acaparaba una influyente audiencia producto de su inigualable manera de leer las noticias, ornadas con inigualable chispa humorística, un poco de sensacionalismo y expectativas que al fin y al cabo le sirvió para realizar varias campañas en pro de Barranquilla, como la adquisición de nuevas máquinas para el Cuerpo de Bomberos, construcción de escuelas, donación de sillas de ruedas y hasta féretros para la gente de bajos recursos.Hombre de partido. Durante la entrevista luce un pantalón blanco con suéter rojo, haciendo alusión al Partido Liberal al que ha pertenecido desde hace mucho tiempo. Se mira un poco asombrado el tinturado negro de sus cabellos, y siente inmensa felicidad ante la solicitud de la entrevista para EL HERALDO, órgano informativo que lee sagradamente todas las mañanas, y la que toma como un reconocido homenaje a su carrera profesional: “¡Nojoda!, al fin se acordaron de mí”, dice con una sonrisa de felicidad plena en su rostro.Los pininos. “Me inicié como locutor en Transmisora Caldas de Manizales. No preciso la fecha exacta, solo recuerdo que estaba en la plenitud de mi juventud. Cuatro años después me vine para Barranquilla contratado por el empresario antioqueño Gustavo Cardona Agudelo, quien me vinculó a Emisoras Variedades. Después pasé a la Cadena Radial del Caribe (CRC), de Hernando Francisco Bossa. Luego estuve en Riomar de Todelar, La Voz de la Patria, de los hermanos Vasallo, unos italianos que lograron imponerle a su emisora un sonido con tonalidad perfecta, a pesar de estar en amplitud modulada. En La Voz de la Patria duré alrededor de 11 años. Estuve vinculado también a Radio Libertad, de don Roberto Esper Rebaje; Emisoras ABC y Radio Reloj de la cadena Caracol, entre otras estaciones radiales”. Su agitada vida radial no se limitó al simple oficio de ‘locutor de cabina’. También dejó una brillante impronta en la animación de programas en vivo. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, ‘Aquí la Costa’, ‘La Tómbola Murcia’ o ‘Las cosas de mi tierra’?, programas que fueron creados y dirigidos por este fabuloso hombre de la radio colombiana, de donde surgieron grandes figuras de la décima, el humor y el canto como Manuel Rodríguez, Rodriguito; Orfelio Lara, Facundo Arzuza, Gabriel Segura, Luis Bernal, Mingo Martínez, el compae Manué, Nelson Pinedo, Alci Acosta y la queridísima Esther Forero, la gran compositora e intérprete de muchos éxitos, a quien bautizó como La novia de Barranquilla, cometiendo de paso, en uno de esos chispazos suyos, un gazapo idiomático que hasta hoy ningún filólogo o lingüista se ha atrevido a contradecir en cuanto a su género, siendo que novia y Barranquilla, pertenecen al femenino.Castillo García recuerda que “un domingo, cuando presentaba el programa en el radioteatro de La Voz de La Patria, llegó Esthercita Forero vestida toda de blanco, y sin pensarlo dos veces dije a los presentes y oyentes: “Con ustedes, la novia de Barranquilla, Esther Forero… y así se quedó para siempre”.Cuando se le pregunta por el colega a quien más agradezca por algún aporte en su carrera de locutor, por momentos se queda pensativo, cierra los ojos y se agarra el bigote con su mano derecha para responder: “Hay un hombre que yo quiero muchísimo. Ese es Ventura Díaz Mejía. Me tendió la mano cuando más lo necesitaba. Con el actual Embajador de Colombia en Jamaica fundé el ‘Diario hablado’ (la manta que no respeta pinta). También aprecio a Édgar Perea Arias, Abel González Chávez, Tomás Barraza Manotas, con quienes formé, siendo su director, aquel famoso grupo cuyo eslogan era: ¡Tranquilos, que el equipo gana!Sobre el Carnaval tiene una anécdota que nunca olvida. “Cuando la reina fue la inolvidable Julieta Deivis Pereira, bajo los efectos de un guayabo trepidante le hice un inolvidable estribillo o lema: “En los carnavales de Julieta que nadie más se meta”, que más tarde se convirtió en una recordada canción grabada por los Hermanos Martelo”.Ficción futuristaEn medio del diálogo empieza a recordar episodios de su infancia. Su voz parece esconderse entre la fragilidad de las palabras, como una ilusión de espesa hojarasca que apresa madrugadas mezquinas de su tierra natal, allá por los años cincuenta, cuando bajo la misma luz de los primeros rayos del sol, los pescadores del río Magdalena se disputaban la subienda de enero y febrero en un alucinante portal caribeño que envidiaría hasta el más desprevenido poeta.Entonces, saca fuerzas del diafragma como lo hacía delante del micrófono: “Les recomiendo a los nuevos colegas que se preparen, que lean, que se informen, para que mañana más tarde no les metan el dedo en la boca.Que se lean las veces que quieran ‘Cien años de Soledad’, de Gabriel García Márquez, donde se plantea magistralmente una realidad ficticia o una ficticia realidad, y otra novela muy hermosa: ‘Un mundo feliz’, de Aldous Huxley, donde uno puede capturar al vuelo una ficción futurista de carácter visionario y pesimista de una sociedad regida por un sistema de castas, y donde se imagina una sustancia o droga llamada soma, utilizada con fines totalitarios”.

TITO SENSACIÓN MEJÍA

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Poemas inéditos:EL POETA FLACO DE LA ESQUINA AZUL

EL POETA FLACO DE LA ESQUINA AZUL

Poemas inéditos de TITO MEJÍA SARMIENTO

El poeta flaco
de la esquina azul

Tito Mejía Sarmiento
titoms17@gmail.com



Soy el poeta flaco de la esquina azul,
el mismo ciudadano al que en el alma
se le maduran los deseos,
amante de la soledad que bellamente
germina en todo su cuerpo.
Estoy a un metro con 87 centímetros
sobre el nivel del mar.
(Soy una ola que se levanta a las cuatro de la mañana).
Escribo versos de contenido erótico, proyectiles
que me hacen encontrar
el lado luminoso de la vida,
un poco más allá de la oleada de tejados o del escarnio público,
esa máscara que se porta con delicia
y que pierde hasta el último vestigio de la ira.

Soy el poeta flaco de la esquina azul,
la bestia perfecta que secretamente
se sumerge en el espejo bien temprano sin herirle,
antes de irse a intercambiar memorias de mediodía
con los amigos de cátedra que, fieles
a sus dogmas, terminan haciendo el trágico papel
de hombres sabios.

Soy el poeta flaco de la esquina azul,
amo a mis padres más que a nadie,
amo a mis hijos más que a nadie,
amo a mis hermanos más que a nadie,
el mismo que ha amado a más de mil mujeres
y las ha sabido olfatear más allá de su ropa interior.

Soy también el que ríe, sufre y llora,
y sabe perfectamente que sólo somos
un préstamo del tiempo atado a los semáforos de la vida.
Amo a las urbes, no sé de dónde me viene esa costumbre,
y sus noches pobladas de versos que transitan por las alcobas
donde precisamente no se pierde ni un detalle
del orgullo inconcebible
y se crea el cauce perfecto
que se amolda a la piel de los amantes.

Soy el poeta flaco de la esquina azul,
el que tiene los pies bien puestos sobre la tierra
—a pesar de que muchas veces hablo solo—
y además, gran amigo de los perros
que defienden su territorio alrededor de la bazofia.

Quiero decirles que me cuesta mucho separar
la vigilia de los sueños de colosal memoria
mientras mutilo la luz de los primeros retazos del día.
Vivo en la cima del ahora,
sin mentiras, sin miedos transparentes
y sin olvidar el pasado
que me ha ayudado a vivir,
a sentir que existo y lo que soy:
El poeta flaco de la esquina azul.


Historia de un viejo poeta

Esta es la historia de un viejo poeta
que va viendo tras los lentes,
cómo transcurre hoy en día la vida en su país:
La gente saborea la agria copa del miedo,
las aves ya no descienden
a sus nidos al anochecer,
la mujer amada es más culpable de su sexo,
el estudiante ya no sueña
porque el tiempo es más difuso,
y busca sin agrado el milagro en los clasificados del diario,
el sol calienta eso sí, más que antes,
y los árboles no dan frutos sino bodrios,
porque la lluvia, desde los ayeres del labriego
—el mismo labriego que dejó inhabitada
su parcela y huyó a la urbe amenazado
por los cañones encenagados—,
no se ve sino en aquella oportunidad
cuando un pordiosero mutilado de su mano derecha,
extendió la otra
y en vez de monedas le cayeron gotas del cielo.
Esta es la historia de un viejo poeta
que va viendo tras los lentes,
cómo la obesa quinceañera,
en su desespero, recorre el espejo
tanta veces en busca de un mejor perfil,
y ve, además, cómo el ladrón de ojos de escarlata
pretende aparear con violencia la fogosa hembra en las auroras.

Esta es la historia de un viejo poeta
que va viendo tras los lentes,
cómo la suerte del sicario ya no está en el pago
sino en su propia huida,
y para colmo sorprende a Papá Noel
saqueando el sueño de los infantes en abril
para no ser generoso en diciembre.

Esta es la historia de un viejo poeta
que intenta limpiar, con sus versos,
esa pestilente visión,
antes de que suba al cielo donde a lo mejor
tampoco encuentre un diván
para otear mejor hacia abajo.


Mutación

Hay tanta tristeza en el desnudo abierto de tus ojos ahora, viejo,
que no ha habido ser que la saque de ese mundo erguido de prisiones.
Personalmente he intentado muchas veces
y el fracaso aparece como la maleza que arde
en el lapso de tu ausencia.
A pesar de todo, sigues creciendo en el duro precipicio de la memoria.
Me pongo a veces tus gafas para ser como tú,
y únicamente me regalas una voz de silencio forzoso
que a mí no me gusta para nada.
Hay tanto dolor en el desnudo abierto de tus ojos, viejo,
que la vida sin ti es como el beso dado a la mujer que no se ama.

—“Ven, viejo, siéntate a jugar dominó conmigo aunque yo no sepa jugarlo.”
¿Qué tal si me cuentas una de tus fechorías juveniles?
Sobre todo aquélla, cuando mamá te sorprendió
besándole los senos vírgenes a la negra Cande,
en el trovar del ritmo alegre de febrero,
y te dio, como es lógico, tu merecido pellizco
que conservas imbricado en tu piel como tatuaje místico.

—No dejes, mi querido viejo, que la sombra de la muerte te acaricie,
que aún tienes mucha vida en la esencia de la búsqueda
y, como si fuese poco, tienes muchas palabras
para armar el momento que no existe.

—Levántate, viejo y déjales la tristeza a las arañas,
que ellas mismas se encargan de tejer un vestido de noche
para las madrugadas.
Devuélvele la seguridad al pulso de tus noches
que ahuyenta las espinas del pájaro de la barbarie.

—Levántate, viejo, que el mundo es grande,
inmensamente grande contigo,
pero sin ti, será pequeño, demasiado pequeño, viejo mío.
Ánimo, que bien sabes
que tú eres el viejo que yo busqué
cuando aún yo no existía.


Septuagenario
.
…Y la quietud clama por nacer.
Dina Posada

—Levántate y anda,
monstruo placentero,
le escuché decir
a aquella morena mujer
de casi dos metros de estatura,
quien sacada, como de una caldera de Vulcano,
daba vueltas completamente desnuda
por toda la alcoba, desesperada.

—Siento estar tratando de levantar
algo que a lo mejor
ya está al otro lado del abismo,
continuó diciendo,
aumentando su desconcierto
y el tono de su grave voz.
Ella, con lengua bajante, insistía, insistía,
pero el tiempo con sus ataques
había roto las memorias
de aquel hombre
que ahora, vestido de pudor y nostalgia,
velaba y callaba por su propia impotencia,
y además, creía tener ahora más miedo
de que la gente leyera
y releyera este poema donde
consta la verdad de su flaqueza,
a pesar de haberme pedido
que ocultara su identidad
por encima de toda perturbación.
Creo que, a estas alturas
(diez años después),
ni el lienzo de preguntas que de la boca
(descarga carnal)
de aquella hermosa mujer salían,
ni el soplo alentador de Orión,
ni todo el psicoanálisis de Freud,
podrían sacar el temor encerrado
en aquel profeta que había perdido su realidad
entre tantas cuentas vencidas
y que hoy forman una dársena cada vez más profunda
cuando el amor se convierte en hembra.


El hijo menor de Tenorio

El hijo menor de Tenorio
se sentó frente al televisor
que proyectaba imágenes en blanco y negro
sobre los juguetes que el Niño Dios
había traído ese 25 de diciembre,
a muchos niños de la comarca, menos a él,
a pesar de que había escrito
una carta solicitando una bicicleta,
durante las novenas en una casa vecina.
Mirando con clemencia su asombro,
Tenorio le responde que no sabe por qué,
pero lo averiguaría con el sacerdote
de la iglesia “Vuelta de olvidos.”
El hijo menor de Tenorio,
todas las mañanas, sin que nadie lo sepa,
sigue esperando la respuesta de las clavaditas de la fe
que le ponen precio a la inocencia,
crujiendo ternuras en ese sueño
que ahora nadie quiere soñar
aunque se tengan tantos deseos sin límites
con cantos galanos.


El hijo menor de Tenorio
era amante de los gallos finos


“Vamos hacia atrás en el tiempo: pensemos en Antígona luchando por dar sepultura al cuerpo de Polinices, su hermano muerto,
a quien Creonte le niega sepultura”.
Sófocles

Arrastraba las mañanas y parte de las tardes,
con la vista puesta en los gallos de pelea, de un lado para otro,
entrenándolos con frenesí, a pesar de la precaria situación económica.
Cada uno de ellos tenía un nombre
de cantante de vallenatos.
Casi todos los sábados, febriles sobre el redondel,
los ojos del hijo menor de Tenorio
reinaban en el aire como espuelas que buscan
la mortal herida del plumaje opositor.
Luego, sin el énfasis de sus gestos,
cruzaba la línea del tiempo hasta la vigilia,
con la soledad de la hojarasca.
Hoy Débora, su mamá, repasa las pocas pertenencias
que dejó entre lágrimas y euforias,
mientras burla los dementes fantasmas
de metálicos cantos como en las infecundas estaciones del chacal,
donde el silencio cómplice disparaba por la espalda
con el arma homicida que se solazaba.


Mi hijo,
el hijo menor de Tenorio

Me dejaron su inocencia
cuando se fue para el ejército.
Se llevaron su coraje de campesino en abril
y de lluvias arrogantes, el mismo mes que con sus tardes grises
nos asilaba en nuestro rancho, bien temprano,
ante la mirada de un pájaro de luz.
Me dejaron algunos de sus gallos finos,
esos mismos gallos de peleas por los cuales él desfallecía,
y que como Ofelia, la de Shakespeare,
cuando no servían para la riña,
no se los comían sino que los arrojaban en el río,
como si fuesen claveles rojos.
Se llevaron los “No” del todo idos de marzo
para el ejército, con sus verdes vestidos de sospecha,
sin conocer que había detrás de las manecillas del reloj,
y también se llevaron de paso a mi lazarillo,
el que se quitaba sin tapujos
su camisa para protegerme del inclemente sol de mediodía
que ahuyenta fantasmas y suma espejismos.
Se llevaron al soldado
pero no a mi hijo, al hijo menor de Tenorio,
el mismo que está conmigo para siempre


El hijo menor de Tenorio,
quince años después


“Ese jueves 29 de abril de 2004, se levantó más temprano que nunca en La Comarca
(4:30 a.m.), con las primeras auras del amanecer y bajo la tenue luz de un lucero
en lontananza. Lo hizo cantando: “Ay, perdóneme, señorita, si en algo llego a ofenderla, pero es que usted es tan bonita, que no me canso de verla”, me dijo,
con sucesivas lágrimas en los ojos, Débora, su mamá, una atribulada mujer de 62 años. “Mientras se bañaba en pantalones cortos en la alberca, con agua bien fría
como a él le gustaba, llegó el camión del ejército que lo llevaría a vincularse obligatoriamente al batallón Turinkana, en el interior del país.”

“Recuerdo, continúa diciéndome, que aquella mañana no desayunó por la emoción,
e iba vestido con un raído bluejean, camiseta verde y unos zapatos deportivos
de color blanco que su papá Tenorio le había comprado en el mercado.
Con un beso en la frente me dijo adiós y me recalcó al oído que cuando regresara,
me iba a comprar una casa en la capital para que fuéramos felices con papá
y sus cuatro hermanos. Se montó al camión, haciéndome la V de la victoria
con su mano derecha”.

Hoy, seis meses después, se lo devuelven en un ataúd, con la sangre escondida,
sin explicación alguna y en el marco de espacios de un país de tunantes.
Ahora sólo su mamá Débora, su papá Tenorio y sus hermanos,
lo conservan con vida en el corazón mientras hurgan en el punzante dolor de la memoria.


Hoy vino Débora,
la mamá del hijo menor de Tenorio,
a visitarme por última vez

“A los duendes verdes que habitan entre flores.”

Gustavo Tisocco

Hoy vino Débora, la mamá del hijo menor de Tenorio, a visitarme, seis años después de que asesinaran a su hijo.

Noto en su cara cenceña que su sonrisa ha debido haberse perdido en el espejo durante todo ese tiempo, llenando —estoy seguro— los talegos de silencios y hablando de temor con la luz apagada y como si fuese poco, con un ánimo tan delgado que atravesaría sin quebranto el más pesado risco.

—No aguanto más, yo sé que las personas son temerosas de las sombras que hablan—me dijo, abarcando por fracciones la suma de la expresión que no quería ser nunca más el espejo de otra cara: “¡A mi hijo lo mató el estado en la emboscada de un juego miserable!”


Desequilibrio

Nube Luz trabaja en la capital, en una casa adinerada. Allí cocina, lava, plancha y debe dejar, entre otros menesteres, bien relucientes, los pisos para que se reflejen las ropas de marca que usan sus patrones e hijos. Además, casi todas las noches, por orden superior, tiene que abrirle la puerta de su alcoba, al “bebé” de la casa, quien está en pleno proceso de desarrollo. Es decir, Débora entrega su piel analfabeta por necesidad.

Cada quince días, espera ansiosa su jornada de asueto para irse a su provincia natal, donde su marido (imposibilitado por una bala perdida) y sus tres hijos pequeños con hambre, pero con unos deseos infinitos de vivir, la llenan de sorpresas, mientras en la hornilla, una olla hierve lágrimas sin compasión.


La mujer del marinero

“Amo el amor de los marineros que besan y se van.
Dejan una promesa, no vuelven nunca más.”

Pablo Neruda

Desde hace tres años, los sábados por la tarde, Cleotilde, la mujer del marinero, va al puerto con toda la paciencia del caso por si llegan noticias de su amado, aquel mulato de ojos negros que después de cada jornada, la hacía derretir con los impulsos posesos de su filoso arpón mientras ella maullaba, maullaba como gata salvaje para calmar su sed de amor hasta las primeras horas de la madrugada, y luego, quedaba como mansa gaviota entre sus gruesos brazos de marinero encendido, dormida más allá de las estrellas naufragadas de Ítaca.


Lais de Corinto

“Yo sigo buscando tus ventanas
y hoy entré al café adonde no vendrías a tomar un café
sólo por recordarte, tal como eras”.
Marta Vasallo

Ella jamás leyó a García Márquez ni Borges
y no tenía por qué hacerlo ya que nunca fue a la escuela.
Pero sí conquistaba todo lo que se le antojara con su cuerpo de reina,
que entre otras cosas, cuidaba en el gimnasio y con una dieta balanceada.
Ella no sabía nada de la caída del muro de Berlín
ni que hubo un negro llamado Pelé que hacía maravillas con un balón de fútbol,
no le importaba, ya que ella lo hacía mejor en medio del revuelo de las sábanas.
Ella desconocía la historia universal y pensaba que Obama, el presidente de USA,
era el perro negro doberman que se orinaba casi todas las noches
la puerta principal de la famosa discoteca Venus
en la cosmopolita ciudad caribeña donde residía.

La gente y sobre todo sus amantes desconocían su verdadero nombre.
Su hijo, la llamaba simplemente Lais de Corinto,
nombre que la hacía sentir feliz, sin saber siquiera de dónde provenía el mismo.
Ella no era de esas putas que deambulan por las avenidas
atrapando cualquier hombre, regando aromas, mentas…

Era una puta con clase, nacida del silencio, pero que aglutinó fortunas,
coronas, caudales, recodo de tiempos y ese fue su gran portento.
Tanto es así, que hace tres años murió
y aún resuenan sus tacones altos sobre las calles de la urbe
y su pose vertical se estremece como un fantasma en la eterna llamarada.
Yo también la recuerdo como un libro vivido
que se debe hojear diariamente sin falta.


Momentos

Cuando el Metro pasa
dejando su metálica rabia.
Cuando la vida continúa
recitando de memoria la rutina,
pegada a la argamasa de las calles.
Cuando el mendigo
extrae de la basura,
en medio del aullido de los perros cimarrones,
un pedazo de pan duro
y lo remoja en el agua
para mitigar la hambruna.
Cuando la breve lluvia
regala a los pescadores,
pequeños trozos de luna facetada.
Cuando la alcoba,
en la hora azul de la ventana
delata pesados suspiros y silencio,
tú te quitas el vestido rojo que tanto juego
hace con tu boca,
y tu piel se abre como la noche, de un solo tajo.


No me cubren de edad los días

Sigo sus pasos
aunque se parta en la inútil prueba
la mitad del tiempo.
¿Acaso no soy el que inventa en su mirada
las señales de los días?
¿Acaso un beso suyo
no reposa todavía en los labios inofensivos de mi boca
y además, acaso no soy, sin atenuantes,
el que vive en su sexo de nocturnas latitudes
y cimbra en ella, promontorios viriles
para decirle que existe, en el rápido roce de libertad
con el enredo de dioses bifrontes?
No me cubren de edad los días,
ni pierde su traza de luz
el universo en la contemplación de las estaciones.
Y por eso, como el Ulises de Homero,
seguiré llorando su amor tupido de prodigios
en la Ítaca de verde eternidad,
con la esencia sublime de las hadas.


Sediento

Anclado
al farallón desnudo de tu talle,
gota a gota,
bebo de tu primípara fuente,
mientras allá abajo,
en lo más profundo del océano,
mi ofrenda fulminante rebota
y se derrama en la bocana.


Vecina bajo la lluvia

“Sé que no estás sola,
te tengo aún en mi mirada de minero buscador de secretos”

(T.C.M.S.)

Mi vecina, mujer de castaña mirada, se baña completamente desnuda
en el patio de su casa con la fuerte lluvia que cae.
Ella no se percata
de que la estoy viendo a través de la ventana.
Brinca, salta, ríe como si diera gracias al cielo.
Se enjabona los senos
dos, tres veces con su mano izquierda.
Pienso que es zurda,
porque en un abrir y cerrar de sus piernas,
se pasa suavemente el jabón con la misma mano
por su semipodado bosque beduino,
cuya rosa carnívora, que asoma bellamente,
parece devorar la espuma y el rocío.
La lluvia no cesa, llueve, llueve…
Su desnudo cuerpo se eterniza en mis ojos.
Y entonces, me apropio con la mano derecha
del obsceno pájaro de la noche
que con la primitiva sacudida de los dioses,
picotea una nube
y se derrama otro aguacero simultáneo,
mientras el reloj de arena legitima las horas.


El autor:

Tito Mejía Sarmiento es licenciado en Filología e idiomas, Universidad del Atlántico; locutor profesional, Academia ARCO de Bogotá, con Licencia del Ministerio de Comunicaciones de Colombia; profesor de Tiempo Completo del Instituto Técnico Nacional de Comercio (Instenalco), de Barranquilla. Ganador del V Concurso Nacional Metropolitano de Poesía, organizado por la Universidad Metropolitana de Barranquilla, en agosto de 2001. Obtuvo Mención Especial, al ocupar el quinto puesto entre 150 participantes, en el Concurso Nacional de Poesía organizado por la Universidad de Santiago de Cali, en 1986. Algunos trabajos han aparecido publicados en importantes revistas y periódicos de nuestro país. Presentador del Festival de Orquestas en el Carnaval de Barranquilla durante 13 años. Finalista del primer encuentro de poesía erótica SEA, en 2008.Creador del Concurso Nacional de Poesía Estudiantil INSTENALCO, que en el año 2010, llega a su quinta versión.

Obras publicadas:

El ojo ciego del planeta, poemas, Barranquilla, Berma Impresores, 1992; Visionarios, cuentos y poemas, coautoría, Editorial Don Bosco, 1993; La suma de las noches, poemas, Barranquilla, Don Bosco, 1998; Crónica de los días, poemas, Barranquilla, Don Bosco, 2003; Nelson para todos, para siempre, biografía, Barranquilla, Don Bosco, 2007; Confesión anclada en la soledad de mi alcoba, Poemas, Barranquilla, La Casa de Asterión-Universidad del Atlántico, 2005; De la ciudad y sus amores ajenos, poemas, La Casa de AsteriónUniversidad del Atlántico, 2008.

Inéditos:

Señas del perseguidor, 2009; En la vasta ausencia del abuelo, 2009; A veces llegan cartas, epistolario, 2009; Itinerario del desequilibrio, 2009-2010.
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© Tito Mejía Sarmiento

sábado, 4 de septiembre de 2010

QUINTO CONCURSO NACIONAL DE POESÍA ESTUIDANTIL INSTENALCO 2010

QUINTO CONCURSO NACIONAL DE POESIA ESTUDIANTIL
INSTENALCO 2010
¡UN MILLON DE PESOS AL GANADOR O GANADORA!
DOSCIENTOS MIL PESOS AL SEGUNDO PUESTO – CIEN MIL PESOS AL TERCER PUESTO
BASES
Podrán participar todos los estudiantes colombianos de Décimo y Undécimo grados que no tengan vínculo familiar ni contractual con los organizadores del concurso. Los aspirantes al premio deberán enviar cinco (5) poemas numerados, escritos a computador por una sola cara, a doble espacio y en papel tamaño carta, que no hayan sido premiados ni obtenido menciones en otros concursos.
1 El tema será libre.
2 Cada concursante deberá presentar su trabajo en original y dos copias identificado con seudónimo, debidamente argollado o empastado.
3 En sobre aparte y cerrado (PLICA) debe indicarse la siguiente información: nombres y apellidos completos, seudónimo, municipio, dirección, teléfono, correo electrónico, fotocopia del documento de identidad, y fotocopia del carnet estudiantil.
4 El material se recepcionará a partir del 24 de agosto de 2010 hasta el 22 de octubre de 2010 y debe enviarse a la siguiente dirección: INSTITUTO TECNICO NACIONAL DE COMERCIO, CARRERA 62 No. 52- 85 – BARRANQUILLA – ATLANTICO – http://www.instenalco.edu.co/ – TELEFONOS : 3441309 - 3441606 - 3440054
5 El material enviado por correo deberá ajustarse a las fechas, según el matasello de correo postal.
6 El fallo del jurado será entregado en sobre cerrado el 25 de octubre de 2010, al señor MANUEL NARVAEZ IGLESIAS, rector del INSTENALCO, quien será el único autorizado para su divulgación, y será publicado a través de los medios masivos de comunicación y en la página Web de la Institución.
7 Se otorgará UN MILLON DE PESOS ($1.000.000) AL GANADOR (A), DOSCIENTOS MIL AL SEGUNDO PUESTO Y CIEN MIL PESOS AL TERCER PUESTO, sujetos a las retenciones de la Ley. Además de un recordatorio. Su entrega será personal e intransferible en ceremonia solemne programada para el efecto el viernes 5 de noviembre de 2010 en el paraninfo JORGE ARTEL de La Universidad Simón Bolívar de Barranquilla.

TITO MEJIA SARMIENTO
COORDINADOR


TU PRIMERA VEZ

Recuerdo que llegaste
a la cita muy puntual (ocho de la noche)
Demasiado nerviosa por cierto,
con la humedad imprevista de tu pelo corto
(huyendo de la lluvia sabatina, creo yo)
Te dije que el amor necesitaba de un hermoso paisaje,
y entonces, abrimos las ventanas del balcón : la luna
era mitad gris y mitad roja
sobre su lecho de nubes algodonadas.
Bailamos el conocido “DANUBIO AZUL”.
Recuerdo que me mirabas seriamente de frente
varias veces, insinuándome tal vez,
la inédita entrega de tu cuerpo
mientras yo te regalaba un beso sonoro
con un deseo azul como el del viento sosegado.
Hablamos del dolor de los horarios
y del tierno y dulce amor que escogen las urbes
cuando duermen.
Estabas hermosamente vestida
de otro tiempo bajo el perfume confuso
de las flores de invierno.
Inesperadamente me ofreciste
varios besos prolongados
detrás de una serie de abrazos,
y empezamos a descubrir desnudos fantasmas
por la acondicionada alcoba de la casa.
En la profundidad de la madrugada
y con la luna ya color de viejo saxofón,
al mismo tiempo que se apagaban lentos
los últimos luceros en lontananza,
la doncella que tenía yo al frente mío,
le apostaba al amor con el mundo a sus espaldas
por vez primera en sus 15 años.
Con el frío abisal
que cabe sólo detrás de una palabra,
caímos profundamente dormidos
hasta cuando el ruido de una motocicleta al día siguiente,
cruzó la calle abajo a toda prisa.
Nos asomamos al balcón
y el cielo daba la impresión
de una bandera viva en el mástil
de aquel hermoso octubre.
Luego te fuiste
y mis ojos de batalla se quedaron fijos
en las sombras muertas de las llaves.

TITO MEJIA

sábado, 21 de agosto de 2010

INTIMARIO

INTIMARIO
Sabiéndose varón y hembra y sin darle importancia a su desigual estatura,
sino al mismo fuego que de su interior emanaba,
acordaron por primera vez,
abrir el cubil íntimo de una noche sin nombre,
en la alcoba lindante de una vieja casona.
Entonces, fueron eternos.

TITO MEJÍA SARMIENTO

OFRENDA DE CUMPLEAÑOS

OFRENDA DE CUMPLEAÑOS

El día de su cumpleaños número 25,
se desnudó rápido delante de mí.
Por casualidad, me llamó muchísimo la atención,
la manera cómo se acariciaba las puntas de sus filosos senos.
Ahí mismo comprendí,
que eran piezas claves, múltiplo de dos para el amor,
e inmediatamente, empecé a darles toquecitos con la punta de mi lengua.
Entre labio y labio,
fuimos dejando la ambigüedad del beso,
mientras le iba susurrando “un amor mío” a media voz
por la senda palpitante de su cuello.
No dudé un segundo en que ella estaba excitada
como el velero que se resquebraja en su propia espuma
por las volteretas que daba en la cama,
y por el aumento de sus suspiros
cuando manoseé la céntrica tormenta de sus muslos.
Pronunciaba y pronunciaba mi nombre
en repetidas ocasiones al compás de los mutuales movimientos
y me solicitaba con urgencia
que la hiciera mía.
Entonces, uno frente al otro,
convenimos avanzar hasta toparnos,y hasta que los brazos abiertosse cerraron alrededor de los cuerpos ofertados
y sin más preámbulos, nos devoramos como dos serpientes
que se entretejen húmedas en un misma selva,
en esa selva donde se nutre la cópula y el canto,
donde crecen tulipanes negros
y en donde el peligro crepita en su mismo fuego
cuando el amor se seca entre las ramas.
-Hoy día de mi aniversario,
te amo más, me siento como el ave llevada
por el placer de otras alas
y a la cual no le niegan la contesta de su trino,
me dijo antes de quedarse dormida
entre el rumor de las frondas de mi pecho.


TITO MEJÍA SARMIENTO

martes, 29 de junio de 2010

POEMA DE TITO MEJÍA SARMIENTO
“MILONGA DE UN SÁBADO LLUVIOSO”

Este sábado lluvioso me traza
en el horizonte un turbio pensamiento
que me ata precisamente al recuerdo de ella:Su olor a hembra fresca, envuelta en gemidos,
y de rodillas tragándose por completo
como una anaconda irritable,
el animal sagrado de mis piernas,
sin siquiera dejarlo escupir su espumoso océano,
y yo, quieto, todo quieto, quieto,
dejándola vivir en el capullo espeso de la tarde.
Entonces, para variar
y aligerando su voz con el deseo,
me solicitaba que hundiera mi lengua de amor hirviente
en el oscuro bosque de sus piernas
para que lo poblara de refulgentes placeres
hasta bien entrada la madrugada.
En este sábado lluvioso,
me la imagino abierta completamente a la vida,
habitando en los espejos de la alcoba
y, acomodándose de paso, al perfil de mi pretensión
que con el sólo roce de nuestra piel
convertía en melodía, el torpe anochecer de las palabras.
Ahora, en este transitorio y rígido instante
de libertad encarcelada,
sólo eyaculo precozmente orgasmos de lágrimas
que quedan presos sobre el piso,
mientras afuera el traje ritual de la lluvia se expone a otros deseos
taladrando la máscara de sus amantes .
TITO MEJÍA SARMIENTO

martes, 20 de abril de 2010