viernes, 24 de junio de 2011

La voz del sujeto cultural(Artículo científico)



La voz del sujeto cultural
Artículo científico


ESTILITA CASSIANI OBESO
MABELEIDYS FLOREZ ROA
MARIA FONTALVO CERVANTES


GABRIEL FERRER RUIZ


UNIVERSIDAD DEL ATLANTICO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PROGRAMA DE LICENCIATURA EN HUMANIDADES Y LENGUA CASTELLANA
CUARTO SEMESTRE
BARRANQUILLA
2011
La voz del sujeto cultural
Resumen
En este trabajo se dará cuenta de la estética propia y dinámica de los poemas de Tito Mejía Sarmiento (Santo Tomás, Atlántico, 1953). Además, de su particular forma de filtrarse en la cultura, a través de los elementos urbanos que nos permitirán identificar aquellos rasgos de belleza presentes en la propuesta del poeta. Se pretende ilustrar los elementos estéticos predominantes de su poesía, como también, los grados de belleza implícitos en ella, que determinan la inclinación, percepción y obsesiones planteadas por el artista.
Palabras claves: estética, cultura, elementos urbanos, sujeto cultural, poesía.
El desarrollo del artículo científico implicó una metodología de trabajo que estuvo basada en una entrevista previa que permitió la interacción con el poeta Tito Mejía Sarmiento, adquiriendo así, un corpus poético que facilitó la comprensión e identificación de los elementos estéticos utilizados en su narrativa. Utilizando medios tecnológicos como lo fueron grabación de voz y de video lo que significó un acercamiento a la cotidianidad que vive el poeta en su contexto familiar y social de donde extrae esos símbolos que son representados a través de su lenguaje estético. De esta manera, fue necesario hacer una lectura detallada que nos ayudara a identificar cada una de las temáticas que aborda el autor en sus poemas. Teniendo en cuenta que Mejía ha tenido pequeños reconocimientos que le han permitido la publicación de algunos de sus poemas dándonos a conocer la existencia de sus creaciones inéditas.
Diario etnográfico
Tito César Mejía Sarmiento, nació el 17 de enero de 1953 en Santo Tomás de Villanueva, pueblo cerca de la capital del departamento del Atlántico. Lleva más de 30 años de residir en el barrio Universal ( 1ª. Etapa) en la ciudad de Barranquilla. Licenciado en filología e idiomas de la Universidad del Atlántico. Desempeño el cargo de locutor profesional y ha publicado libros de poemas entre ellos “ El ojo ciego del planeta, La suma de las noches, Crónica de los días, Visionarios y La biografía: Nelson para todos, para siempre.
Su pasión por la poesía, se dio durante su niñez en donde leyó versos de Rubén Darío, Jorge Luis Borges, el colombiano Silva y Pablo Neruda. Estuvo rodeado de muchos amigos poetas quienes le decían que escribiera, y “ en el ejercicio constante de escribir de 3 a 5 de la tarde, comenzó amar y hacerle el amor a la poesía, de lunes a viernes hasta el día de hoy.”1 Lo que más seduce al poeta Mejía Sarmiento es la continua evolución de la poesía, la cual se va dando a través de la estética.
Contextualización con otros poetas
1
Tito Mejía durante la entrevista expresa lo anterior mencionado en el texto.
Tito Mejía recibe influencia de ese grupo de escritores que empiezan a sobresalir en la segunda mitad del siglo XX en los años setenta, que se afianzan en una modernidad en la cual se comienza a percibir todos esos artefactos culturales ubicándose dentro de lo que se ha denominado como “la generación desencantada.” Los autores que conforman esta generación como lo son: Arthur Miller, Ernest Hemingway, John Dos Passo, William Faulkner entre otros. Tienen en común el interés y la atención que prestan a la problemática social y van a reflejar con dureza esos aspectos sociales, intentan irradiar la peripecia individual del ser humano en tiempos de angustia y dolor, de continua zozobra interior y exterior, y de fe; los escritores salen de su agonía interior y dan testimonio de lo que ocurre en la calle, con su protesta pretenden transformar la sociedad y tienen fe en que la literatura será el motor de ese cambio.
Además Mejía Sarmiento bebe de la poesía social de los años cincuenta que denuncian la marginación, la falta de libertad, exigiendo la justicia y la paz. Esta actitud conduce a los poetas a expresar sus mensajes con un lenguaje tan transparente que llega incluso a expresar el sentir de su colectividad, porque buscan compartir sus versos con los demás, con el pueblo, y que su obra no sea suya, sino de todos. También se incluye en una nueva camada de poetas colombianos que viene abriendo surcos en el parnaso de la poesía, con una propuesta estética y ética frente al cosmos, de un existencialismo testimonial de una lirica depurada. También el estilo de este poeta se ha visto influenciado por algunas mujeres entre quienes se destaca a la mexicana Issa Martínez, la nicaragüense Gioconda Belli, la peruana Blanca Varela, la colombiana Piedad Bonet, y en cuanto a los hombres el argentino Jorge Luis Borges, el salvadoreño Carlos Ernesto García y el colombiano Juan Manuel Roca, William Ospina, José Luis Herrera, Andrea Cote Botero, John Junieles, entre otros.
Adentrándonos en el caso que nos atañe, se ahonda en la intensión estética y en la estructura de la obra de Tito para demostrar que en su escritura apuesta a dar cuenta de la liberación interior que según los planteamientos de Octavio Paz era definido como la actividad poética que es fruto de una expresión de sentimientos y emociones que dan paso al arte de hablar en una forma superior, es la voz del pueblo y prueba hermosa de la superflua grandeza de toda obra humana.
La poesía como manifestación de las inquietudes del ser humano nace en un espacio y en un tiempo específico. Así para el poeta Tito Mejía su realidad, su entorno y el espacio en que se desenvuelve son motores y combustible de su invención poética o para hablarlo con sus palabras es “ la calle” y todo lo que está en ella es su musa. Por consiguiente, para hacer un análisis mucho más profundo de su obra debemos atender a un marco teórico y conceptual que nos permita ampliar nuestra visión acerca de la actividad que lleva a cabo el poeta como sujeto cultural. De esta manera, para este trabajo tomaremos al sujeto cultural como un marco conceptual que nos ayude a profundizar en eso que hemos mencionado. La pregunta que asalta es ¿Qué es el sujeto cultural? ¿Cómo emerge el sujeto cultural? ¿A quien define? Teniendo en cuenta estos interrogantes Edmond Cros define al sujeto cultural “ como una instancia que integra a todos los individuos de una colectividad ” , permitiéndonos interpretar que este es un miembro del conglomerado social con una manera distinta de percibir la realidad. En el cual interviene no sólo la experiencia individual del sujeto, sino también las de aquellas personas que conforman una determinada cultura, adquiriendo un papel de compilador de información proceso explicado por Cros como interdiscursividad en sujetos transindividuales, el cual explica de la siguiente manera:
Yo designo como discurso a la especificidad discursiva de un sujeto transindividual, lo cual me lleva a definir como interdiscursividad el conjunto de las practicas transindividuales; esta interdiscursividad, así definida, constituye su competencia, noción que para mi atañe pues al habla y no a la lengua. (Cros, 2003, p.15)

A partir de lo anterior queda demostrado que no solo lo plasmado por el poeta ( sujeto cultural) es parte de su propia vivencia, sino que también es tomado de otras personas colocada en escena “ tras la máscara de la subjetividad que se ve entonces operar en el discurso del sujeto cultural” 2. Ahora bien, es importante mencionar que el sujeto cultural no solo se considera como tal, sino que es el modelo cultural el que lo hace emerger como sujeto. Es de esta forma como para la colectividad el agente de identificación es la cultura y no el sujeto.
El fluir del sentido de identificación cultural con el poeta Tito se hace tangible al instante en que el lector percibe sentimientos comunes y visiones acerca del contexto que los rodea. No obstante, lo anterior resulta siendo el punto de conexión entre los sujetos identificados con el discurso realizado por el sujeto cultural y su cultura.
Más allá de las fronteras del lenguaje de Tito Mejía
Como se puede apreciar, la mayoría de los poemas aquí seleccionados hacen gala de la conciencia del lenguaje y el buen gusto por la palabra; tratándose de un tema tan delicado que aquí nos convida: lo urbano como un camino para llegar al erotismo utilizado en forma de evasión.
2
Cros, E. (2003). El sujeto cultural socio crítica y psicoanálisis.(2ed). Medellín: fondo editorial universidad EAFIT.
Poemas de exquisita belleza, con imágenes de un alto valor estético, con una composición en verso libre que supone una sonoridad y musicalidad al preferirse el ritmo sutil y complejo al compás monótono del verso tradicional; que combinan el erotismo con la problemática social y, por ende la humana, mostrándonos como lo dice la Revista Taller Luna y Sol que: “el arte va mas allá de toda estereotipificación”. No solo son alusiones a la sensualidad fusionando elementos de pasión, fantasía, deseos, celos, sexualidad, etc. Descritos de una
forma más o menos explícita, pero siempre en términos bellos y atractivos. Los sueños eróticos aquí representados también hacen una apología o reacción contra la condición de la existencia humana, la libertad y la responsabilidad individual, las emociones, así como el significado de la vida. Lo que podrá leerse será un trabajo poético con una amplia gama de temáticas urbanas, con un lenguaje diáfano y directo que se expresa a través de metáforas sencillas.
Éste es un género literario que viene a ser la descripción pura y simple de los placeres carnales pero revalorizados, en función de una idea de la vida social. Es así como la poesía erótica de Tito Mejía va más allá de una simple descripción de lo sensual y sexual de los cuerpos. El lenguaje empleado, además de ser sugerente, crea una alegoría mayor, una serie de sutiles figuras capaces de insinuarnos ideas testimoniales de la existencia humana, que elevan el tema a un plano superior.
La representación de la urbe de Mejía
En este punto tenemos como propósito analizar con una actitud crítica los poemas del escritor Tito Mejía Sarmiento, para revisar las formas en que se lleva a cabo los modos de vivenciar la urbe y las temáticas principales de sus experiencias en este espacio, que propicia la realidad estética, para luego introducir diversas reflexiones comprensivas entorno a la obra mencionada.
Es eminente encontrar en todo tipo de arte un contenido profundo que manifieste los distintos puntos de vista o ideologías de un autor o artista. Tito Mejía por medio de sus escritos persiste en dar a conocer su inconformidad frente a la sociedad, siendo él una persona resistente a los cambios o diferencias sociales, políticas y culturales. De esta manera, el poeta pretende irrumpir el silencio de un pueblo protestando a través de las mágicas palabras que le permiten expresar esos sentimientos dentro de sus textos.
Asimismo, el contenido profundo de estos poemas expresan las realidades que nos rodean donde se alude a una serie de sucesos que han cubierto de terror y sangre las páginas de la historia del país y, teniendo una vista aguda que nos conlleva al plano del silencio. En esencia, Mejía plasma los deseos y las necesidades de una sociedad que con sus ingentes esfuerzos ve como sus anhelos se diluyen. Por ende, se expresa la burla, el sarcasmo, la humillación de un público escondido en la cotidianidad. De ante mano, también se evidencia la continua rutina de terror y horror de las calles, la miseria, pobreza y hambre que mitigan las personas; igualmente el poeta expresa el gemido y el lamento.
Empero podemos decir que “Uno de los rasgos recurrentes en la literatura latinoamericana del siglo XX, consiste en la representación que se hace del espacio urbano con toda su complejidad, de acuerdo con varios pensadores se trata de una urbe conflictiva, escindida y cruzada a la vez; vertiginosa y dominada por la gran densidad poblacional.”3 . Hay que tener en cuenta que la cultura popular urbana trasciende lo puro, culto y tradicional; convirtiéndose así en un hibrido de donde se despliegan diferentes concepciones de cultura teniendo en cuenta que este término nos remite a la comprensión de aquellas actividades o elementos que conforman a una sociedad.
3
Morales, J. (2007). Cuaderno de literatura del Caribe e Hispanoamérica. Bogotá: gente nueva. p43
En la cultura urbana hay una agudización de la especialización del espacio que terminan siendo áreas de reconocimiento, que condicionan al individuo dentro de la sociedad. Lo cual crea una necesidad de desplazamiento.

…Interpreto el vasto silencio
de la dama que sentada a mi lado
en el bus fluye ajena a todas sus rosas
mientras arriba el sol
aumenta las pavesas de mil ojos.
(Crónica de los días)
En este pasaje se evidencia como surgen nuevas pautas de encuentro o sociabilización como lo es el bus, en donde se van a dar una interacción con una convención de símbolos, gestos y códigos de una cultura. A través ese desplazamiento el hombre puede establecer una diferencia de manera inconsciente en cuanto contrasta un entorno con otro.
Otro elemento que crea imágenes acerca de la cultura popular urbana es el perro callejero ya que en las calles de los barrios subalternos hay una presencia masiva de estos animales. Elemento que se vislumbra en el siguiente poema
Soy el poeta flaco de la esquina azul,
el que tiene los pies bien puestos sobre la tierra
—a pesar de que muchas veces hablo solo—
y además, gran amigo de los perros
que defienden su territorio alrededor de la bazofia.
(El poeta flaco de la esquina azul)
Es posible determinar que la esquina, es un ágora4, un punto de encuentro entre los miembros de una cultura urbana. Donde surgen nuevas formas de convención compartidas que se expresan a través de palabras y gestos; que únicamente tiene interpretación en ese contexto. Justamente este elemento urbano sugiere que el poeta este en contacto con un espacio sociocultural popular.
4
Plaza, asamblea, reunión, junta. Lugar de reunión donde los griegos intercambiaban pensamientos o ideas.
El parque es un espacio urbano donde se lleva a cabo ritos de amor, amistad. Es un refugio de la memoria. Donde hallamos aves, y árboles que pueden hacer alusión a una metáfora de la ciudad. Personificando a los turpiales con aquellas personas que viven en la jaula de la ciudad.
-Voy entonces al parque
sí, ese mismo lugar que rompe sombras
con sus chorros de luz enamorados
y donde presos turpiales
en jaulas gigantes
regalan sus tónicos cánticos conciertos
a los instantes ingenuos.
(Crónica de los días)
Por otra parte se agrega a esta producción el parque como escenario urbano que propicia un elipsis de tiempo bucólico, que ayuda a construir imágenes de una vida pastoril. Dando que el poeta presenta al parque como ese ambiente natural de los tiempos idos.
Otra característica que apunta a la visibilidad y presencia del imaginario de lo urbano en el poeta es la musa de las calles. Esta alegoría representa a la calle tomada como inspiración, es allí donde el canon estipulado es quebrantado, lo anterior se destaca con claridad en la presentación de lo que Le Goff plantea sobre el origen de la inspiración a través de las musas.
Los griegos de la edad arcaica hicieron de la memoria una diosa, Mnemosine. Es la madre de las nuevas musas, por ella generadas en nueve noches transcurridas en compañía de Zeus. Ella reclama a la mente de los hombres el recuerdo de los héroes y de sus grandes gestas y preside la poesía lirica. El poeta es, por lo tanto, un hombre poseído por la memoria, el aedo es un adivino del pasado, así como el adivino lo es del futuro. El es el testimonio inspirado de los <>, de la edad heroica y, aún más, de la edad de los orígenes. (Le Goff, 1991. p145)
Como se sabe, las musas responden a esas inspiraciones intangibles que pertenecen a una esfera superior, donde el poeta en su territorio narrativa deja de hacer uso de esta, para dirigirse de frente a una realidad inspiradora (la calle.)
Todas las mañanas
salto de la cama
y asumo la musa de los días
y la musa de las calles
con el paso despierto de mis piernas
(Crónica de los días)
Es de vital importancia resaltar que el poeta se convierte en un fisgón de lo público y urbano. Y en la noche es ese husmeador de lo privado convirtiéndose en erótico.
Soy hombre
de anocheceres caseros,
cazador de versos húmedos
que excitan mis sentidos hondamente
como el aroma contemplativo de tu boca, mujer hermosa,
hasta caer pesadamente de cara de a las estrellas.
Soy un hombre de crónicas,
soy un hombre de días,
soy un hombre de crónica de los días.
El poeta quiere recoger las voces de todo lo que sucede a su alrededor. Asistiendo al empleo del erotismo como recurso alegórico utilizado como una válvula de escape al final de sus poemas. Tito al salir a la calle y escuchar el acontecer diario de sus semejantes no es un receptor pasivo de lo que percibe por el contrario, es un activo constructor de narrativa poética, que le permite interpretar constantemente lo que la gente a su alrededor está diciendo y haciendo; lo que Rafael Echeverría atribuye:
“Que el lenguaje no es solo un instrumento que describe la realidad. Sostenemos que el lenguaje es acción.” De ahí que, podemos reconocer que el poeta ha desarrollado la facultad de escuchar los silencios, gestos, las posturas del cuerpo y los movimientos en la medida en que seamos capaces de atribuirles un sentido. Esto es lo que permite el desarrollo de lenguas que van más allá de las acciones e interacciones comunicativas.
Se han podido hallar una de las señas particulares de oralidad, lo cual es definido como “ redundante o copiosos” donde se describe que “ la redundancia, la repetición de lo apenas dicho, mantiene eficazmente tanto al hablante como al oyente en la misma sintonía.”5 Esta marca de oralidad la percibimos en el poema
Cuando6 el Metro pasa
dejando su metálica rabia.
Cuando la vida continúa
recitando de memoria la rutina,
pegada a la argamasa de las calles.
Cuando el mendigo
extrae de la basura,
en medio del aullido de los perros cimarrones,
un pedazo de pan duro
y lo remoja en el agua pobre
para mitigar la hambruna.
Cuando la breve lluvia
regala a los pescadores,
pequeños trozos de luna facetada.
Cuando la alcoba,
en la hora azul de la ventana
delata pesados suspiros y silencio,
tú te quitas el vestido rojo que tanto juego
hace con tu boca,
y tu piel se abre como la noche, de un solo tajo.
5
6
Ong, W. (1987).fondo de cultura económica. p46.

El subrayado especifica la marca de oralidad en el poeta.
(Momentos)

Otras lecturas de la lectura
Leer un poeta sugiere más que una práctica de lectura pasiva. Al respecto, Roger Chartier, es uno de los historiadores que ha contribuido enormemente a expandir nuestro horizonte de comprensión, articulando el texto a unas formas de difusión en la que intervienen artefactos culturales de orden simbólico y material. Así entonces, un texto cobra nuevos registros en la medida en que se apoya en unos soportes que le dan su carácter fisonómico. Es el libro el soporte por excelencia, consolidado desde la misma invención de la imprenta, tan imprescindible y perfecto como el fuego o la rueda, según Humberto Eco, y cuyas formas pueden variar significativamente pasando, por ejemplo, de tamaños de letras hasta por la distribución de los espacios en el que las palabras se insertan; el libro así mismo, al presentar la portada nos traslada hacía unos horizontes de lenguaje gráfico que pueden afirmar las intensiones de autor en su texto. Además de lo anterior, el soporte digital cobra más fuerza como dispositivo que acompaña al texto en su difusión, creando por demás, unas formas específicas, donde el lector experimenta unos repertorios de lectura, dando lugar a que las tareas de representación y asimilación se multipliquen.
Al ingresar al universo del poeta Tito Mejía, vemos que sus textos se encuentran en soportes, básicamente, de libros, con tirajes modestos- 3.000 ejemplares- creando una portada sugestiva en donde aparecen la máquina de escribir como herramienta a través de la cual se va a construir el texto, y las mujeres volando sobre ella, como dispositivos de creación. Al lado del libro, se instala el soporte digital, un artefacto cultural que evidencia unas intensiones de difusión más efectivas en los términos de público. Desde el espacio digital el poeta hace circular sus textos, lo lleva a un lector virtual, heterogéneo y difuso, con ello, su voz aglutinadora de las voces que ha recogido por las esquinas y sobre los buses se multiplica, y aquí las interpretaciones de lo que es y no es un poeta popular se tensiona.
En conclusión, existen palabras y poetas, existe la construcción del texto, con esas palabras que toma el poeta; existe además, el soporte en el que se instala el texto, y existen los lectores que van a seguir construyendo en un entrecruzamiento de representaciones, con sus respectivas apropiaciones y resistencias. El poema en sí no basta para explicar, tampoco la voz del poeta. Sólo el entramado de espacios, símbolos, estrategias de difusión y las pretendidas intensiones del autor por llevar su obra a públicos disimiles permitirá discernir mejor entre los bosques.
Una puerta de salida
La poética de Mejía, nos coloca al descubierto su experiencia estética en la medida en que introduce la problemática social de imágenes que se convierten en convenciones compartidas por los miembros de la cultura urbana, por ende, en sus poemas reconstruye, interpreta, exterioriza la conciencia y el mundo del ser humano que se expresa a través de sus experiencias abismales ante las cuales se enfrenta en los momentos de dolor, resistencia, pobreza y desarraigo interior. Seguidamente el lector se enfrenta cara a cara con la condición humana que gira en torno a la posmodernidad, desentrañando la realidad de la sociedad convirtiéndose en la voz que anhela, rompe ese hechizo en la que viven las personas, dándole un tono urbano. De esta manera, dejamos a su criterio. ¿Estamos frente a un poeta que quiere romper el jarrón del silencio?

BIBLIOGRAFÍA

Chartier, R. (2005). El mundo como representación. 6 ed. Barcelona: Gedisa. 246

Cros, E. (2003). El sujeto cultural sociocrítica y psicoanálisis.(2ed). Medellín: fondo editorial universidad EAFIT. p247

EcheverríaG, R. (2002). Ontología del Lenguaje. Chile: Dolmen. p440

Frases y pensamientos. 28 de mayo. En http://www.frasesypensamientos.com.ar/historia/generacion-perdida.html. Efemérides

Lengua Castellana y Literatura. 24 de Abril 2011. En
http://lenguacastellanayliteraturaii.blogspot.com/2011/04/literatura-espanola-de-posguerra-anos.html Irene

Le Goff, J. (1991). El orden de la memoria. 1ed. Barcelona: Paidos. 240p.

Morales, J. (2007). Cuaderno de literatura del Caribe e Hispanoamérica. Bogotá: gente nueva. p43

Ong, W. (1987).fondo de cultura económica. p190.

Paz, O. (2006). El arco y la lira. Fondo de Cultura. p287

Revista taller Sol y Luna. (2010). Eros en la Costa. Taller Sol y Luna. Número 31.