lunes, 18 de octubre de 2010

Crónica sobre GUSTAVO CASTILLO GARCÍA, LATITUD, EL HERALDO 4 DE AGOSTO 2010

Siempre seré el número 1: Gustavo Castillo García


“Inventé la cuña ‘Tarde o temprano su radio será un Phillips y Murcia se lo vende’: Marcos Pérez me fregó porque sacó otra agregándole. ‘Philco se lo fía”, recuerda Gustavo Castillo. / Foto Jairo Buitrago

Por Tito ‘Sensación’ Mejía

Con su chispeante buen humor, Gustavo Castillo García recuerda que él nació “en Magangué, la tierra del coroncoro muelón, pero los mejores momentos de mi vida han transcurrido en Barranquilla, en donde siempre seré el número uno en el periodismo radial, y ni hablar del peluquín, doña Obdulia”.Era, en esos años de 1960 a 1990, el dueño de la sintonía radial. Además, cuña que se convirtiera en éxito era producto del talento de este genial locutor.La cita estaba planeada con tres días de antelación para un día de septiembre a las nueve de la mañana, gracias a los contactos de los colegas Eduardo Hernández Vega, Julio Castaño Bossio y Pepe Sánchez.Hicimos sonar el timbre en tres ocasiones en la casa marcada con el número 64-36 de la calle 79, en el barrio Paraíso de Barranquilla, antes de que apareciera Gustavo Castillo García en compañía de Jorge Iván, uno de los seis hijos del matrimonio con la agraciada dama manizalita Ruth Valencia de Castillo. Tarde o temprano. En la amplia sala de su casa se exhiben hoy estratégicamente varias clases de aquellos radios de la época de oro de las emisoras radiales, sobre todo uno marca Phillips, “el mismo de… Tarde o temprano su radio será un Phillips y Murcia se lo vende en la calle de Jesús”, como decía el jingle grabado con la voz del carismático hombre de radio nacido el 5 de marzo de 1932 en Magangué, Bolívar. Se miró azaroso en el espejo grande que cuelga en la pared de la sala como retrotrayendo al hombre bohémico de 30 años atrás, que como casi todo hombre caribe se pegaba sus escapadas porque no era ningún santo, pero eso sí, no abandonaba para nada su exitosa labor periodística. Según algunos de sus colegas más allegados como Rafael Sarmiento Coley y Ricardo Díaz De la Rosa: “Paralizaba, más que todo en la mañana, a la ciudad y sus alrededores con su noticiero ‘La Costa en Noticias’.Este ícono de la radio colombiana, hoy retirado en sus cuarteles de invierno, acaparaba una influyente audiencia producto de su inigualable manera de leer las noticias, ornadas con inigualable chispa humorística, un poco de sensacionalismo y expectativas que al fin y al cabo le sirvió para realizar varias campañas en pro de Barranquilla, como la adquisición de nuevas máquinas para el Cuerpo de Bomberos, construcción de escuelas, donación de sillas de ruedas y hasta féretros para la gente de bajos recursos.Hombre de partido. Durante la entrevista luce un pantalón blanco con suéter rojo, haciendo alusión al Partido Liberal al que ha pertenecido desde hace mucho tiempo. Se mira un poco asombrado el tinturado negro de sus cabellos, y siente inmensa felicidad ante la solicitud de la entrevista para EL HERALDO, órgano informativo que lee sagradamente todas las mañanas, y la que toma como un reconocido homenaje a su carrera profesional: “¡Nojoda!, al fin se acordaron de mí”, dice con una sonrisa de felicidad plena en su rostro.Los pininos. “Me inicié como locutor en Transmisora Caldas de Manizales. No preciso la fecha exacta, solo recuerdo que estaba en la plenitud de mi juventud. Cuatro años después me vine para Barranquilla contratado por el empresario antioqueño Gustavo Cardona Agudelo, quien me vinculó a Emisoras Variedades. Después pasé a la Cadena Radial del Caribe (CRC), de Hernando Francisco Bossa. Luego estuve en Riomar de Todelar, La Voz de la Patria, de los hermanos Vasallo, unos italianos que lograron imponerle a su emisora un sonido con tonalidad perfecta, a pesar de estar en amplitud modulada. En La Voz de la Patria duré alrededor de 11 años. Estuve vinculado también a Radio Libertad, de don Roberto Esper Rebaje; Emisoras ABC y Radio Reloj de la cadena Caracol, entre otras estaciones radiales”. Su agitada vida radial no se limitó al simple oficio de ‘locutor de cabina’. También dejó una brillante impronta en la animación de programas en vivo. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, ‘Aquí la Costa’, ‘La Tómbola Murcia’ o ‘Las cosas de mi tierra’?, programas que fueron creados y dirigidos por este fabuloso hombre de la radio colombiana, de donde surgieron grandes figuras de la décima, el humor y el canto como Manuel Rodríguez, Rodriguito; Orfelio Lara, Facundo Arzuza, Gabriel Segura, Luis Bernal, Mingo Martínez, el compae Manué, Nelson Pinedo, Alci Acosta y la queridísima Esther Forero, la gran compositora e intérprete de muchos éxitos, a quien bautizó como La novia de Barranquilla, cometiendo de paso, en uno de esos chispazos suyos, un gazapo idiomático que hasta hoy ningún filólogo o lingüista se ha atrevido a contradecir en cuanto a su género, siendo que novia y Barranquilla, pertenecen al femenino.Castillo García recuerda que “un domingo, cuando presentaba el programa en el radioteatro de La Voz de La Patria, llegó Esthercita Forero vestida toda de blanco, y sin pensarlo dos veces dije a los presentes y oyentes: “Con ustedes, la novia de Barranquilla, Esther Forero… y así se quedó para siempre”.Cuando se le pregunta por el colega a quien más agradezca por algún aporte en su carrera de locutor, por momentos se queda pensativo, cierra los ojos y se agarra el bigote con su mano derecha para responder: “Hay un hombre que yo quiero muchísimo. Ese es Ventura Díaz Mejía. Me tendió la mano cuando más lo necesitaba. Con el actual Embajador de Colombia en Jamaica fundé el ‘Diario hablado’ (la manta que no respeta pinta). También aprecio a Édgar Perea Arias, Abel González Chávez, Tomás Barraza Manotas, con quienes formé, siendo su director, aquel famoso grupo cuyo eslogan era: ¡Tranquilos, que el equipo gana!Sobre el Carnaval tiene una anécdota que nunca olvida. “Cuando la reina fue la inolvidable Julieta Deivis Pereira, bajo los efectos de un guayabo trepidante le hice un inolvidable estribillo o lema: “En los carnavales de Julieta que nadie más se meta”, que más tarde se convirtió en una recordada canción grabada por los Hermanos Martelo”.Ficción futuristaEn medio del diálogo empieza a recordar episodios de su infancia. Su voz parece esconderse entre la fragilidad de las palabras, como una ilusión de espesa hojarasca que apresa madrugadas mezquinas de su tierra natal, allá por los años cincuenta, cuando bajo la misma luz de los primeros rayos del sol, los pescadores del río Magdalena se disputaban la subienda de enero y febrero en un alucinante portal caribeño que envidiaría hasta el más desprevenido poeta.Entonces, saca fuerzas del diafragma como lo hacía delante del micrófono: “Les recomiendo a los nuevos colegas que se preparen, que lean, que se informen, para que mañana más tarde no les metan el dedo en la boca.Que se lean las veces que quieran ‘Cien años de Soledad’, de Gabriel García Márquez, donde se plantea magistralmente una realidad ficticia o una ficticia realidad, y otra novela muy hermosa: ‘Un mundo feliz’, de Aldous Huxley, donde uno puede capturar al vuelo una ficción futurista de carácter visionario y pesimista de una sociedad regida por un sistema de castas, y donde se imagina una sustancia o droga llamada soma, utilizada con fines totalitarios”.

TITO SENSACIÓN MEJÍA