viernes, 21 de agosto de 2009

Poeróticos de TITO MEJIA SARMIENTO


BESTIA

¿Dónde está esa bestia
que guardabas celosamente
entre tus piernas?
Esa bestia preparada para el ataque, siempre.
La misma que devoraba todo
sin detener el minutero.

Ya no oigo su rugido
en la cima del sesenta y nueve,o es que acaso no quiere
dar la cara sin maquillajes
en el choque de besos.
¿Dónde está esa bestia
que se tragaba desesperadamente
la diadema de mi alentado sexo,
y que por la ondulación de su propia boca,
hacía derramar por los siglos de los siglos,
su pródigo banquete de espumas?

¿Dónde está esa bestia, pregunto
por enésima vez
mientras la noche cae sobre la imprecación de mi yo
como estampida inesperada?

¿Dónde está esa bestia,
su danza,
olor de hembra,
goce tuyo,
remedio mío, dónde?
¿Quién cruzará su piel
en el amanecer de sus felinos ojos?
¿Quién espiará el final de su espalda donde el amor
hunde sus zarpas?

¿O quién aullará eligiendo
en sus imantados deseos
de humillación eterna lo que resta de nosotros?

Bestia que engulle otras bestias
invitadas en la cama.
¿Dónde está, dónde?.

TITO MEJIA SARMIENTO


ESCALADAS
“Para subir al cielo se necesita una escalera grande…”
La Bamba - Nana Mouskouri
Para subir a tu alcoba
se necesita una escalera grande.
Vives
en lo más alto de una colina
y hasta allá llego,
lunes, miércoles y viernes,
incómodo,
sin adargas,
e igual a Sísifo,
caigo
en tus íntimas oquedades
de mujer,
mientras la ciudad abajo,
duerme sin tu voz
y en comunión con todos los silencios
que erizan a otros amantes
que como yo, intentamos sobrevivir siempre,
escalando muslos y senos
ante la mirada inquisitiva de la noche
que con su danza ascendente tampoco cesa.

TITO MEJIA SARMIENTO

CLEO, UNA MERETRIZ DE PRINCIPIOS
Asiste a misa sábados y domingos
para pecar de lunes a viernes.
La gente la mira con sorpresa
por ambos costados de la avenida de la nirvana.

Sé que la llaman Cleo, y debe de ser
por las facciones parecidas
a la reina Cleopatra.
De allí, la reducción de su nombre.

Casi nunca mira la hora
de su reloj de pulsera.
Está segura de que más
de un monstruo celeste
debe esperarla.

Cleo juega con cada uno de ellos
como los pájaros con el viento
o como la propia bala perdida
que penetra rauda en la hendija abierta
del sacrifico apremiante en las predecibles peticiones.

Además, ella sabe que en sus enaguas
tiene camuflado el implacable ritual
que hace derramar valle abajo
el equilibrio emocional de muda acrobacia
después de cada batalla.

Cleo, dama de días impropios,
sacerdotisa que revelas lo improvisto,
frecuencia nocturna,
sagrada presencia,
de tus besos
y los míos.

TITO MEJIA SARMIENTO


ONIRICA COTIDIANIDAD

Cierro mis ojos
y puntualmente llega ella
a la cita de mis sueños.
Esto viene sucediendo hace dos semanas,
Es insistente, supremamente insistente.
Si bien son alucinaciones como dice Ronald Laing,
también son engaños
que contienen una verdad existencial
que me lleva a una dicha remota
en todos los sentidos,
y a la misma fragua de Hefesto, diría yo.
Todo empieza como un ritual,
con un ligero beso
de parte y parte en la mejilla izquierda,
para ser más exacto.
Me declama al oído un propicio verso
para la ocasión de Gioconda Belli: “Y Dios me hizo mujer,
y tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas”.
Después de aplaudirla,
le sello sus abultados labios con otro beso
que se prolonga por cinco minutos.
Entonces, me coloca el brillo desnudo
de su noche en mi boca
para que yo succione por completo
todo el titilar infinito de sus estrellas.
Como en un itinerario
que sabemos de memoria,
aparece la lujuria rotulada:
“Ábrete sésamo”-“Rimbaud entre mis piernas”-
“Te amo loco, Tito”-“No aguanto más”…
Y la penetro justo hasta cuando
un aguacero copular aparece
con toda la turbulencia de su fuelle.
De repente,
despierto turbado
en medio de la entelequia,
y capeo el temporal.

TITO MEJIA SARMIENTO




PAJA…RITO
Toco la puerta del baño
atraído por el olor
de mujer desnuda, pero no abres.

Toco una, dos, tres veces,
pero no abres.

Un caliente deseo
me invade
cuando imagino el jabón deslizándose
por la isla perfecta de tu cuerpo, pero no abres.

Media hora después
y cuando ya en mi mano derecha
se ha derramado la más secreta verdad
acumulada hace siete días,
sales como por arte de magia
con una toalla blanca
que cubre a medias tu piel,
y con una sonrisa cercana al remedo
que juega con la fogata en mis ojos
como si el juicio conclusivo
no tuviera dictamen.

TITO MEJIA SARMIENTO


I N S I N U A C I O N
Sigue la ruta
que divide mis senos.
Desliza tus antojos
por toda mi cintura.
Implacable, sé brutal si lo deseas
hasta que el zumo
te sacie con pasión.
Agiliza tus labios
por toda la espesura
de mi espalda.
Ahora cambia
tu rumbo hacia abajo,
cuesta bien abajo.
Y cuando
la intuición en mis pupilas
avise el desespero,
sin vacilación rompe
las cadenas
y penetra en lo más profundo
de la caverna
donde mi alma
izará el asta de la dicha, mi dócil cazador.

TITO MEJIA SARMIENTO



ASALTO A CARNE ARMADA

Arriba las manos
que esto es un asalto, le dije.
Entrégame tu boca primero.
Ahora desnúdate toda,
y cifra tu vida al azar, mujer.

TITO MEJIA SARMIENTO