lunes, 2 de septiembre de 2013



Facebook

Por Tito Mejía Sarmiento

Tengo la absoluta seguridad que cuando Mark Zuckerberg creó EL FACEBOOK (NASDAQ: FB) “con el único propósito de socializar, compartir globalmente a través de las redes, gustos y sentimientos, en un ambiente culto, sano con las demás personas”, nunca pensó que muchas de ellas años más tarde, cayeran en lo vulgar, chabacano, maricón, pornográfico o lo que llaman la hiperactividad mundana…como está sucediendo actualmente, amén del mal uso que se le está dando, como en el caso nuestro, al amado Idioma Español o será como dice el colega Juan Gossaín Abdala que” El lenguaje cambia porque cambian los valores. Aparecen nuevas palabras porque hay una nueva ética, relajada y tolerante, que necesita disimulo, tapabocas y disfraces.”

Por estas y muchas otras razones, EL FACEBOOK recibe diariamente diversas de críticas: sus términos de uso, en cuanto a datos e imagen, y el acceso a la información de los usuarios una vez dados de baja. También debido al alcance que está teniendo entre menores, sus efectos psicológicos y sus alarmantes políticas de privacidad que vulneran con una facilidad pasmosa los Hackers.

En cuanto a mí se refiere, he comenzado a eliminar a muchos amigos, si es que se le pueden llamar amigos, que colocan en mi muro una serie de…mejor no escribo o repito lo que expresan porque entonces, también caigo en el mismo piélago de sus inmundicias.

Claro que no todo está perdido en EL FACEBOOK. Uno se encuentra, por ejemplo, con unas colaboraciones extraordinariamente provechosas que, comparte después de su análisis, dándole un solo click con otros amigos a quienes estima y sabe que en nuestras palabras, en nuestra naturaleza común permea la Literatura, las Artes, el buen periodismo o las buenas tendencias de farándula, deportes, política…

Así pues, aprovechemos y defendamos en la medida de lo posible, esta hermosa ventana que nos brinda la tecnología de punta, ya sea en sus formas concentradas e indagaciones, para hallar el tesoro de la inteligencia en ella o en su propia fantasía compensatoria.

¡Gracias, Mark Zuckerberg!

¡Gracias por esta emoción que ya no te pertenece sino que es privativa de una especie universal desde el punto de vista sociocultural e incluso psicológico por las consecuencias que a veces deja!

¡Gracias, una vez más, Mark!





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