¡Basta
ya de tanta guerra!¡Votemos
por el sí, este domingo 2 de octubre de 2016!
Con quién sueñas, abuelo Francisco
ahora que llevas
tantos días de siesta.
ahora que llevas
tantos días de siesta.
G.A.G.
Por Tito Mejía Sarmiento
Nos acostumbramos a buscar
la muerte en los ojos de todos, solíamos pasar más tiempo en los cementerios
que en nuestras propias casa, es decir, teníamos el sello de la parca en la
solapa, nos volvimos paranoicos desde todo punto de vista, de ver tantos ríos
de sangre que se desbordaron en las noches de vigilia sobre la palabra
abandonada por el miedo. Y para decir verdad, todavía es la hora, que muchas
personas no conocen el paradero de sus familiares por tanta guerra en derredor
de toda la geografía nacional, pero llegó la hora de decir: ¡Basta ya de tanta guerra! ¡Votemos por el
sí, este domingo 2 de octubre de 2016!
Personalmente, padecí los
estragos de la violencia cuando el 29 de abril de 2004, a escasos metros del
DAS (Departamento Administrativo de Seguridad), en Barranquilla, asesinaron cobardemente por la
espalda a mi hermano, el médico Nelson Mejía Sarmiento (un hombre como dijera
el día de su sepelio, el escritor Ramón Molinares, de puertas abiertas, por donde, sin pedir
permiso entraba todo el quería a cualquier hora del día o de la noche), cuando
fungía como alcalde de Santo Tomás, siendo presidente de nuestro país Álvaro
Uribe Vélez, pero al igual que la mayoría de los colombianos, quisiera con
todas las ansias de mi alma, vivir y envejecer por largo tiempo de la forma más
pacífica posible, ser un poeta sin miedo, un poeta que pueda contar las
estrellas completas de un cielo apacible todas las noches, mientras una leve
brisa se mueva también bajo la luna y los pájaros cierren alegres sus alas para
descansar en sus nidos.
Así como nuestros abuelos
compartieron hace muchísimos años, el agua fresca de las tinajas,
respetuosamente les digo a mis conciudadanos, que compartamos también en una especie de Santo Grial, este
domingo 2 de octubre de 2016, cuando el Sí haya salido victorioso en el
plebiscito, para asimismo acabar con tantos años de guerra fratricida en
nuestra amada Colombia.
¡Entonces, bienvenida la paz
que tanto hemos anhelado y que se calle la
multípara rechifla de las balas asesinas!
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