INTIMARIO
Sabiéndose varón y hembra y sin darle importancia a su desigual estatura,
sino al mismo fuego que de su interior emanaba,
acordaron por primera vez,
abrir el cubil íntimo de una noche sin nombre,
en la alcoba lindante de una vieja casona.
Entonces, fueron eternos.
TITO MEJÍA SARMIENTO
sábado, 21 de agosto de 2010
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